Hoy les pido que me acompañen en esta pequeña incertidumbre que llevo en mi mente desde hace muchos años. El tema es que cuando era niño, aprendí a escribir la palabra consciente de esta manera, sin embargo con el paso de los años algunos autores la escribían sin la ese
(conciente). Me pregunté a qué se debía esto. ¿Había dos tipos de consciencia-conciencia?
Muchas veces, para entender qué ocurre cuando a uno se le presenta un tema confuso, hay que poder salir de la escena y ponerse por fuera de ella. Dado que el tema en discordia pertenece a la lengua española, decidí salir por fuera y recurrir a la lengua inglesa, donde observé que hay dos palabras que nos traen luz en este problema, una es consciousness
que se traduce como conciencia (sin la ese), que remite a saber qué ocurre en la mente. Por otro lado, está el término inglés awareness
que se traduce como consciencia inconciente, es la parte de la consciencia que remite al inconciente.
Como bien sabemos, desde la formación del aparato psíquico de una persona en la primera infancia, ya hay una dualidad que se constituye en los primeros años de vida, en donde muchas de las cosas que le suceden al ser humano quedan sepultadas en la parte de la consciencia que según se sabe pertenece al inconciente. Algunos autores sostienen que la gran mayoría de los actos de nuestra vida está manejada por esa parte inconciente de nuestra persona.
La dualidad en la que está sumergido el ser humano es parte de la incorporación de todo el bagaje hereditario y la manera que incorporamos el almacenamiento de los mecanismos psicocorporales ancestrales que traemos como especie.
Este tema se complejiza cuando surge una enfermedad. Es aquí donde aparece la genialidad del Dr. Hahnemann, al darse cuenta de que hay una energía vital que atraviesa a la persona (conciente y consciente).
Durante la enfermedad, esta dualidad es muy fuerte y muestra cómo el paciente tiene una plena desconexión con su cuerpo. El médico homeópata accede a las posibilidades de leer los síntomas por los cuales se expresa esta energía vital, que es la exacerbación del estado morboso de su enfermedad y que nos permite identificar el sufrimiento profundo del paciente, para poder suministrar el medicamento que se manifiesta con esta expresión.
Cuando el médico indica el remedio correcto, lo que observamos en el paciente es la puesta en marcha de un movimiento creativo de la energía vital, que permite en primer lugar, desandar los caminos de la enfermedad, provocando el retorno de síntomas antiguos en el sentido inverso al que se produjeron, y trayendo a la conciencia, dolorosas escenas del pasado, hechos sepultados en la consciencia inconciente del sujeto.
En este maravilloso trabajo del remedio correctamente elegido, vemos abrir el paso del conciente al consciente ligado al inconciente y la toma de conciencia del momento presente. Esto sucede porque la energía vital produce un movimiento creativo en el retorno a la salud del sujeto, que elimina los opuestos y termina con la dualidad del ser.
Dr. Sergio Rozenholc