Debate sobre homeopatía en la Televisión de Castilla-La Manc
El día 1 de Febrero de 2018 se celebró un debate sobre homeopatía en la Televisión de Castilla-La Mancha, en el que tuve el privilegio de participar. Aprovecho para agradecer una vez más la oportunidad de divulgar sobre salud, sobre medicina y sobre homeopatía. Más allá de la controversia, lo que interesa sobre todo, en mi opinión, es ofrecer información clara y contrastada que pueda servir a la gente, a los pacientes.
Lo primero fue aclarar que la homeopatía es una posibilidad más que los médicos (y farmacéuticos) podemos incorporar a nuestra práctica diaria, sobre todo cuando otras sean excesivas o no han conseguido producir todo el alivio que desearíamos.
El farmacéutico que defendía la otra postura dijo “que es una terapia sin evidencia que debería estar fuera de las farmacias”. Sin embargo, la evidencia es fácil de encontrar porque los buscadores profesionales de artículos científicos recogen la mayoría de los estudios realizados, y si está en las farmacias es porque se vale de principios activos definidos como medicamentos por la Ley: no sólo puede estar en la farmacia, sino que debe ser dispensado por el farmacéutico (así lo declara el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos) y en cambio NO puede servirse desde parafarmacias o herbolarios.
Respecto a la evidencia científica, hay que aclarar que los principios fundamentales en los que asienta la homeopatía son algo conocido también por la farmacología convencional y han sido estudiados incluso a nivel del funcionamiento y respuesta de las células. Las mismas sustancias pueden producir efectos diferentes según la dosis y según la sensibilidad de quien las tome e incluso el hecho de que esté sano o enfermo.
También se adujo que “hay un posicionamiento contra la homeopatía desde algunas Sociedades científicas y en concreto la Real Academia Nacional de Farmacia”. Se olvidó de equilibrar su afirmación contando que el Consejo General de Farmacéuticos y otras sociedades científicas, promueven su estudio y su uso juicioso. Merece la pena destacar, y lo hizo la presentadora, que la Organización Mundial de la Salud, que es la organización de referencia en el sector, publicó un informe instando a los estados miembros a incorporar las medicinas complementarias. Es interesante, sobre todo, cuando puedan abordar problemas que la medicina convencional no puede o es inaccesible(países en vías de desarrollo y áreas de difícil acceso) y para ayudar a solucionar problemas muy actuales como la sobremedicalización y las resistencias antibióticas. Un caso particular es el de India, donde la homeopatía se puede usar para problemas serios de salud pública como la contaminación del agua por arsénico (el efecto de la homeopatía ha sido publicado en revistas científicas con estudios en plantas, animales y personas, como se puede comprobar aquí). El caso de la India es interesante porque conviven dos modelos: muchas clínicas (un buen número de ellas benéficas) para dar servicio a las poblaciones desfavorecidas ya que el coste de los medicamentos es mucho más bajo, y también un predominio de su uso en las clases más altas que acuden a los médicos homeópatas de mayor prestigio.
Quiero aclarar que en general las críticas en relación con la homeopatía están dirigidas en realidad a aspectos que son sólo circunstanciales: elintrusismo profesional (un paciente tratado por quien no sea profesional sanitario puede perder oportunidades de diagnóstico y tratamiento adecuados), las falsas promesas (la homeopatía, como cualquier terapéutica incluida la farmacológica, no es infalible ni lo puede todo), que sea planteada desde el abandono sistemático de otras medidas terapéuticas (es mejor sumar que sustituir, y además es lo que los pacientes desean y demandan) o que se valga de sustancias no permitidas o autorizadas en España que puedan entrañar riesgos. Como es lógico, desde la Asamblea Nacional de Homeopatía(formada por sociedades científicas de médicos, farmacéuticos y veterinarios homeópatas) apoyamos sin fisuras cualquier medida dirigida a proteger a la población, y en ese sentido coincidimos con otras sociedades científicas y la propia Organización Médica Colegial (OMC) a la cual pertenecemos y a la que ofrecemos apoyo.
En el sentido de usar principios activos autorizados, el farmacéutico con quien debatí aclaró que “no tiene nada contra la homeopatía sino contra el hecho de que se venda ilegalmente y sea considerada medicamento”. Fue necesario explicar que los medicamentos homeopáticos lo son porque así lo determina la Ley, y están autorizados por un Real Decreto que así lo establece. Todos podemos estar de acuerdo en que si los medicamentos homeopáticos están sujetos a los mismos controles que afectan al resto de los medicamentos (leyes, normas, inspecciones, limitaciones, etc), las garantías para los pacientes son mayoresy los médicos y farmacéuticos nos quedamos también más tranquilos cuando los recomendamos. Lo que debe primar es el interés del paciente. Señalar que seguir diciendo que son “ilegales” es poco creíble, dado que casi todas las farmacias los dispensan desde hace años sin que puedan venderse en parafarmacias o herbolarios, y los laboratorios pasan por inspecciones periódicas de las autoridades sanitarias. Esto sólo puede ocurrir desde la legalidad, y más dado que existe tanta atención mediática hacia la homeopatía.
Cuando hablé de que somos muchos médicos los que recomendamos homeopatía y muchos pacientes los que se benefician de ella, se respondió que“en realidad eran muy pocos y que el mercado español es muy pequeño”. Sin tratar de dar a los números más importancia de la que tienen, porque por encima del volumen está el derecho de médicos y pacientes a su libertad para elegir los tratamientos de su preferencia siempre que se haga desde la responsabilidad (en el caso del médico) y a partir de una información adecuada (en el caso del paciente), no deberíamos limitarnos a las circunstancias españolas: el interés de los médicos por la homeopatía en Europa es mucho mayor. Por poner el ejemplo de mayor relevancia, más del 90% de los médicos de familia, pediatras, ginecólogos y dermatólogos en Francia han prescrito medicamentos homeopáticos a lo largo de un año, según un análisis realizado por expertos del sistema de salud francés sobre los medicamentos prescritos y financiados. En el mundo, 400.000 médicos son especialistas en homeopatía y la usan rutinariamente. Los médicos podemos usar diferentes estrategias terapéuticas, y entre ellas la homeopatía. Es responsabilidad del médico valorar cuáles usar en cada momento: nutrición, ejercicio, abordaje psicológico, cirugía y tanto fármacos convencionales como medicamentos homeopáticos. Cuando elegimos como primera opción o como opción complementaria la homeopatía, y seguimos haciéndolo a medida que observamos los resultados, es porque es efectiva además de bien tolerada y sin interacciones. Como profesor de homeopatía, observo la gran satisfacción que supone para los médicos que se están formando, aprender a “armar el puzzle” del paciente, de modo que los múltiples problemas del paciente se puedan interpretar globalmente para poner soluciones que también sean globales. Aunque siempre es necesario este abordaje (lo es sobre todo en problemas crónicos), supone una gran oportunidad de generar salud.
Lo mismo ocurre con las preferencias de los pacientes. Los datos tanto en Europa como en Estados Unidos indican que es mayor el uso de homeopatía a medida que el nivel educativo y cultural es mayor. Esto es incompatible con la idea de que la gente “se deja engañar” o “no sabe decidir”. No podemos tolerar que se trate de “tontos” a los más de 300 millones de pacientes que eligen tratarse con homeopatía y que, en las encuestas, declaran estar satisfechos. En España es el 52,7% de la población la que confía en la homeopatía según una encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, algo que en el debate pareció sorprender al farmacéutico porque pensaba que se trataba de una encuesta realizada por laboratorios farmacéuticos. La encuesta volvía a recalcar que la confianza es mayor entre las personas con mayor nivel de estudios. No se puede pensar que eso no sucede “porque sí”; sucede porque esas personas han tenido experiencias positivas, personales o través de familiares y amigos. Seguramente se debe también a que son pacientes más preocupados por tomar medicamentos que, incluso siendo menos conocidos (en España), son eficaces y al mismo tiempo respetuosos con el organismo y su funcionamiento lo cual conlleva menos efectos secundarios. Lo que no tiene sentido es sobremedicalizar problemas que se pueden resolver sin necesidad de recurrir a “matar moscas a cañonazos”.
Eso no quiere decir, como se sugirió en el debate, que la homeopatía “sólo parezca útil en situaciones de enfermedades leves, que se curan solas o donde priman los efectos subjetivos debidos a la sugestión. En concreto argumentó que los niños se curan porque sus tejidos e inmunidad van madurando”. La respuesta es evidente para un médico especialista en su consulta: es cuando menos curioso que el momento de madurar coincida tantas veces con el inicio del tratamiento homeopático, independientemente de la edad a la que se inicie este tratamiento. Quizás, si esos tejidos maduran al comenzar el tratamiento es porque en eso consiste el efecto de los medicamentos homeopáticos: estimulan al organismo en lugar de suprimirlo. Una constatación adicional en la consulta es la de que los resultados no solo se observan a nivel sintomático o subjetivo, sino que pueden comprobarse incluso en las analíticas, por ejemplo cuando disminuyen las transaminasas de los pacientes que tienen estas enzimas hepáticas elevadas, a veces sin una razón explicativa clara (hígado graso…) y sin que podamos hacer gran cosa con los fármaco convencionales. Otro ejemplo en la consulta es el de los pacientes que acuden cuando padecen un cáncer para tratar de aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia u otros tratamientos; a pesar de que lo habitual es que los efectos secundarios sean acumulativos y vayan a más, al empezar tratamiento con homeopatía ocurre justo al contrario, que empiezan a tolerarlos mejor o al menos se reducen su progresión.
No se centró el debate en los estudios de investigación, afortunadamente porque lo más probable es que eso hubiera aburrido a los oyentes, pero no puedo escribir un post como este sin recordar que hay más de 6.500 estudios publicados en Pubmed (y más en otras bases de datos), tanto a favor como en contra (por eso es ciencia, y tanto unos como otros nos permiten seguir avanzando en las direcciones más prometedoras) y tanto con pacientes como en laboratorio (y en laboratorio no podemos hablar de efecto placebo).
Terminó el farmacéutico, como conclusión, quejándose de que “los precios de los medicamentos homeopáticos no son iguales en todas las farmacias como prueba de que no se regulan igual que otros medicamentos”, aunque la presentadora opinó que eso no ocurre sólo con la homeopatía (lo cierto es que existen precios de venta recomendados para los medicamentos homeopáticos, y ciertos límites por ejemplo sobre los descuentos) aunque hubiera deseado que fuera más barata. Terminé yo diciendo que es “caro” el medicamento que no siempre funciona y en cambio produce efectos adversos; la homeopatía, que a menudo funciona y además sin efectos secundarios relevantes, sale barata al paciente que la usa.
Los médicos debemos disponer de libertad de prescripción y los pacientes deben tener libertad de elección del tratamiento que se ajuste a sus preferencias y necesidades.