Es bien sabido que muchas personas reclaman cada vez más autonomía a la hora de cuidarse y de tomar decisiones sobre su salud. Es un movimiento de reacción ante la actitud generalizada de buscar la ayuda del médico del sistema para cualquier problema, aunque sea pequeño y no necesariamente sanitario. No entraremos en los motivos por los que ocurrió este “desempoderamiento” de la gente sobre su salud, esta delegación total en el profesional. En cambio es interesante comprobar que, quizás por la facilidad de acceso a la información que brinda internet, preguntar y decidir es un hábito que se ha trasladado a la salud. Quizás sea un efecto de la consolidación del hábito de preguntar a otros usuarios antes de comprar cualquier producto: nos creemos más las puntuaciones en Amazon que los informes técnicos de los productos, que pueden resultar confusos y resultar difícil comparar opciones. Es más fácil hacer lo que la mayoría satisfecha, no sin razón.

En este contexto, me interesa sobre todo este último punto: el problema es que tan difícil es entender las especificaciones técnicas de los productos como las explicaciones de los médicos sobre un problema de salud. Por otro lado, fiarse de la opinión o experiencias de otros pacientes puede salirte mal en cuestiones de salud: a menudo las experiencias de los demás no son comparables a la de uno.

Los médicos lo sabemos bien, porque vienen pacientes aterrorizados ante el posible significado de determinados síntomas o resultados analíticos, debido a que fuera de su contexto el “Doctor Google” les ha traído una interpretación incorrecta. Aún peor sería que les quitaran importancia cuando en realidad la tienen, pero como las alarmas tienen más difusión (el miedo es una emoción muy potente) es menos probable.

El caso es que sabemos por informes exhaustivos recientes que la quinta parte de la población participa activamente en la búsqueda de información y la toma de decisiones sobre su salud. Que el 60% utiliza Internet para consultar información sobre salud (el 85% usa “Doctor Google”), y 1 de cada 5 lo hace también a través de las redes sociales. Por eso, muchas instituciones han creado iniciativas que ayudan a difundir información más adecuada destinada a la población general. Personalmente me gusta mucho MedlinePlus en español. Numerosas sociedades científicas, como las de oncología (SEOM “Oncosaludable”), pediatría (AEP “En familia”), también se han sumado a ello. Las aseguradoras están interesadas en poner en marcha programas de educación para la salud con toda justificación, ya que pacientes más “sanos” mejoran los beneficios económicos: un gran ejemplo de “win to win”, donde todas las partes se benefician.  Y ¿por qué no? También los laboratorios farmacéuticos necesitan que los pacientes estén mejor formados para que hagan mejor uso de sus productos y los resultados sean mejores.

El ejemplo más claro de empoderamiento, sin embargo, son seguramente las asociaciones de pacientes. En sus webs y blogs solemos encontrar un “plus” porque a la información rigurosa elaborada con la colaboración de profesionales, se suma la parte experiencial y emocional de los propios pacientes que son dueños de ese espacio y que se contemplan a sí mismos más allá de la enfermedad que padecen y teniendo en cuenta todas las repercusiones, todas las esferas de la vida en las que la enfermedad tiene repercusión, todos las pequeñas pistas que pueden ayudar, aunque sea desde el punto de vista logístico.

Google se está esforzando en mejorar sus resultados de búsqueda para dar mayor visibilidad a los contenidos más fiables (escritos por profesionales, por ejemplo), pero aún no ha conseguido que la primera página se llene de la mayor calidad. Otra manera es comprobar si las webs consultadas tienen sellos de calidad como Honcode (Fundación Health On the Net), WMA (Web Medica Acreditada, Colegio de Médicos de Barcelona) o WIS (Web de Interés Sanitario, PortalesMedicos.com). Además, podemos formarnos nuestro propio criterio siguiendo algunos sencillos consejos como el de esta infografía.

En este escenario de exceso de información (infoxicación), en el que uno tiene que hacerse “experto” en detectar la información fiable, finalmente el paciente vuelve al punto de partida: “mejor me fío de lo que me diga el médico”. Sólo que ahora busca al médico entre las páginas web y los blogs como este de Hablando de Homeopatía. Y ahora prioriza que se le hable en un lenguaje sencillo, divulgativo, que de verdad le ayude a entender y hacerse cargo. Una buena noticia es que cada vez más médicos saben recomendar a sus pacientes Webs y Apps de interés sanitario.

Los autores de Hablando de Homeopatía somos conscientes de que no todo el mundo vendrá a buscar nuestro blog para informarse sobre homeopatía. Sin embargo, somos conscientes de que si existe intoxicación informativa sobre muchísimas cuestiones en salud, la homeopatía se lleva la palma en lo que se refiere a medios de comunicación, como hemos comentado en este mismo blogy otros como la web de SEMH (Sociedad Española de Medicina Homeopática).

Por eso, respondemos también a todas las llamadas de otras organizaciones que piden información, y nos sentimos privilegiados de poder disponer de esa oportunidad. Si es misión del médico educar en salud, lo es para el médico homeópata educar sobre las posibilidades (y límites) de su especialidad; y si el canal más eficiente es internet y los anfitriones más fiables son las sociedades científicas, las aseguradoras y las asociaciones de pacientes, es ahí donde debemos estar.

Como para muestra un botón, me gustaría compartir con vosotros tres ejemplos de colaboración en la línea que acabo de describir:

  1. La Investigación en Homeopatía, “a todo color”. En el blog de la Asociación de Usuarios y Amigos de la Homeopatía del País Vasco.
  2. Conceptos generales sobre Homeopatía. En la sección “Cuerpo y Mente” de la aseguradora MAPFRE Salud
  3. Alternativas terapéuticas para no quedarte estancado con el dolor. En la sección “Saludable” de la web More Than Doctors para pacientes con dolor crónico.

Por supuesto, os invito a leerlos y a comentar en este mismo post, y os invito a difundir activamente aquellos contenidos que consideréis fiables.

Y a los que sois profesionales, os invito además a participar en la creación de esos contenidos, porque es una forma más de ayudar a nuestros pacientes, a todos los pacientes, y esa es precisamente nuestra vocación y nuestra razón de ser