Licenciado en Medicina por la Universidad de Roma, el doctor Renzo Galassi (Macerata, 1959) lleva más de dos décadas trabajando en el campo de la controvertida homeopatía, sobre la que ha publicado numerosos trabajos de investigación y colaborado con algunos de los centros de investigación más importantes del mundo.
En la actualidad, preside la Liga Médica Homeopática Internacional, que está presente en 78 países de los cinco continentes. Estos días ha participado en Tenerife en varios encuentros con médicos y farmacéuticos, y también fue recibido por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. (Entrevista del Diaro de Avisos)
¿Cuál es la situación actual de la homeopatía?
Es muy variada, según los países. En unos tiene una situación muy buena, con una aceptación total y con los mismos derechos de la medicina tradicional. En otros, en cambio, hay más dificultades, como España, donde está reglamentado el fármaco homeopático pero no el acto médico como tal. Por eso, tratamos de hablar con gobiernos e instituciones, para tratar de acercar posturas.
El principal obstáculo que tienen que superar es quizá el de la propia sociedad, ¿no cree?
En todo el mundo hay opiniones enfrentadas sobre la homeopatía. Los que más suelen atacarla son los que se llaman científicos escépticos, que empezaron en el Reino Unido, donde ha habido críticas muy duras. Pero fue un ataque económico, porque pidieron al Gobierno inglés que no se gastara dinero en la homeopatía y lo dieran a la investigación de medicamentos alopáticos. Luego se descubrió que detrás de esas críticas estaba el lobby farmacéutico, por lo que no eran críticas justas.
¿Cuál es la relación actual con la medicina y los profesionales?
En líneas generales nos relacionamos muy bien con los colegas alópatas, trabajamos juntos y nos mandamos pacientes cuando no podemos resolver los problemas. Entre médicos es un discurso muy simple, de colega a colega; los problemas aparecen cuando entran otros intereses. Pero es algo normal en el mundo de la medicina, porque es una de las áreas donde más dinero gastan los países.
Y a pesar de todo, cada vez está más generalizado el uso de los medicamentos homeopáticos…
Sin duda. Nosotros tenemos una tradición de más de dos siglos, y nadie ha podido destruir la homeopatía, porque se basa en unos principios y leyes naturales; aunque en la historia de la homeopatía hubo ataques que casi acaban con ella en algunos países, lo que incluso hizo que algunos colegas tuvieran que seguir trabajando en la clandestinidad; y eso hizo que continuara adelante la tradición homeopática, como ocurrió en Estados Unidos. Esa pequeña semilla dio origen a un enorme movimiento, que es el movimiento homeopático actual, al que pertenecen 78 países y más de 600.000 médicos en todo el mundo.
Los más críticos, sobre todo los científicos y profesores universitarios, argumentan que la homeopatía no se basa en criterios científicos, sino en el efecto placebo que provoca. ¿Qué le parece?
Unos hablan del efecto placebo, pero también de que el medicamento homeopático es agua. Pues, por ejemplo, ese agua la está estudiando ahora el premio Nobel de Medicina Luc Montagnier -el virólogo francés que descubrió el sida-, y ha descubierto que tiene un electromagnetismo que posee una serie de propiedades, que la hace muy distinta del agua corriente. Hay que conocer desde dentro la homeopatía y hacer balances equilibrados, porque el efecto placebo no existe. Hay estudios que demuestran que incluso los animales se curan con homeopatía, y no saben qué es el efecto placebo. O niños de meses, que se han curado de algunos problemas con medicamentos homeopáticos, y no sabían que era el agua que estaban tomando.
Pero no se basa en parámetros científicos…
Obviamente, pero si la comparamos con la alopatía, que cura por medio de los contrarios, mientras que la homeopatía cura por medio de los similares. Es como medir la estatura en kilos. Es imposible. La asociación mundial que presido tiene una secretaría de investigación, donde hay científicos de todo el mundo, que cada año elaboran un libro de trabajos donde hay más de 250 investigaciones científicas sobre homeopatía. Está en nuestra página web y es gratis, pero a nuestros detractores no les interesa, nunca han querido leerlas.
¿Realmente es una posición contraria por desconocimiento?
O por maldad. Porque pretenden hacerle daño por distintos tipos de intereses.
¿Cree que en un país como España o una comunidad como Canarias se podría llegar a integrar la homeopatía en el sistema público de salud?
En este momento, nuestro principal objetivo es la formación de los médicos en homeopatía. Hay unos 400 médicos en Canarias que prescriben fármacos homeopáticos, y es importante ir paso a paso. Hay que lograr despacio lo que sea lógico de obtener. También es una buena forma de evitar el intrusismo, que está haciendo mucho daño a la homeopatía. Hay que exigir una buena formación de los médicos en homeopatía, porque así será más difícil que cometan errores.