Los tratados por médicos que usan homeopatía toman menos fármacos.
Los pacientes tratados por médicos que integran la práctica homeopática, además de la convencional, consumen menos antibióticos, psicotrópicos o antiinflamatorios que los atendidos sólo con medicina convencional. Ésta es la principal conclusión del Programa EPI3, el mayor estudio farmaco-epidemiológico realizado con médicos de Atención Primaria de Francia hasta la fecha. Además, su evolución clínica es similar y no registran pérdida de oportunidad, es decir, que no tienen mayor riesgo de complicaciones.
EPI3 tiene como objetivo evaluar el lugar de la homeopatía en la práctica clínica en Francia, donde se encuentra integrado en el sistema público de salud. «El estudio revela que uno de cada cinco médicos convencionales tiene en realidad una práctica “mixta” y utiliza medicamentos homeopáticos en sus prescripciones y, entre los médicos homeópatas, incluyen todas las opciones terapéuticas», señala Gualberto Díaz, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y asesor científico de la Asamblea Nacional de Homeopatía.
El trabajo compara las diferentes prácticas médicas en una amplia muestra de 8.559 pacientes y 825 médicos de 2007 a 2009 y está formado por cuatro estudios: uno transversal en el que se hace un análisis de los 8.559 pacientes y tres de cohorte en los que se seleccionan y agrupan a 2.381 pacientes en tres patologías –dolores musculo-esqueléticos, infecciones de las vías respiratorias y trastornos del sueño, la ansiedad y depresión– a los que se les realizó un seguimiento durante un año. «La elección se hizo porque fueron las dolencias más frecuentes en las consultas de medicina general en Francia –apunta Sylvaine Balmy, farmacéutica responsable del área de Investigación e Información Médica de Boiron–, además de porque la medicación convencional presenta efectos adversos».
«Los pacientes tratados por médicos homeópatas reducen el consumo de los fármacos alopáticos en las tres cohortes, frente a los atendidos por médicos convencionales», asegura Miguel Barelli, director de Relaciones Institucionales de Boiron en España. En concreto, el consumo de psicotrópicos decreció hasta un 71% en la cohorte trastornos del sueño, la ansiedad y depresión; el de antiinflamatorios disminuyó un 46%, el de analgésicos bajó un 67% para la cohorte de dolores musculo-esqueléticos; y en la de infecciones de las vías respiratorias el consumo de antibióticos disminuyó un 57%, y el de antipiréticos/antiinflamatorios un 46%.