Réplica al artículo de Dionisio Escarabajal del pasado 17 de julio, Remedios naturales y cretinismo mágico.
Pasma contemplar la inmensa cantidad de personas que opinan sobre la homeopatía sin tener los conocimientos adecuados, la experiencia clínica, o tan siquiera el título de licenciado o graduado en Ciencias de la Salud. Los homeópatas que represento, entre los que me incluyo, somos, en primer lugar, médicos que hemos obtenido nuestro título en la facultad de Medicina de la universidad correspondiente. Y somos, además, especialistas, título obtenido como postgrado universitario. Por otra parte, en 2009 nuestros colegios profesionales nos acreditaron para ejercer la especialidad de homeopatía y consideraron su ejercicio como acto médico.
Los médicos que ejercemos esta terapia merecemos respeto. No se puede despreciar nuestra formación en Medicina y, posteriormente en homeopatía, llamándonos ‘brujos’ o acusándonos de no ser ‘médicos de verdad’, tal y como ha escrito el señor Dionisio Escarabajal en una columna de opinión en este diario el 17 de julio. Sus palabras constituyen un atentado contra nuestro honor tipificado como delito por la legislación española.
Los homeópatas hicimos la especialidad buscando nuevas herramientas para combatir las enfermedades cuando nos faltaron recursos con las terapias convencionales. Cada cual ha conocido la homeopatía por un camino diferente. La mayoría, por haber visto curaciones sorprendentes que nos han llevado a intentar averiguar qué había en esas ‘bolitas de azúcar’ que no hubiera en los comprimidos que estábamos acostumbrados a recetar. Y nos hemos encontrado con un gran descubrimiento y un nuevo paradigma que aceptamos porque hemos experimentado. Y nos hemos topado con una evidencia que es innegable para el que está dispuesto a ver e invisible para quien no quiere verla, pese a todo lo investigado y publicado hasta el momento en revistas de prestigio.
Los pacientes no son necios. Si recurren a la homeopatía es porque les resulta útil y les resuelve problemas que se han cronificado pese a la medicina convencional. En vez de hablar de medicinas alternativas, deberíamos hablar de alternativas dentro de la medicina. Porque ninguna es la panacea pero combinándolas los resultados son mucho mejores. La resolución de la Asamblea Mundial de la Salud sobre medicina tradicional (WHA62.13), adoptada en 2009, recomienda incorporar en los sistemas públicos de salud las denominadas medicinas tradicionales y medicinas complementarias como solución a los problemas sanitarios que vive el mundo.
Hoy en día, los países más avanzados apuestan por la Medicina Integrativa: Alemania, Reino Unido, Japón, Suiza, Francia, Bélgica, Estados Unidos y un largo etcétera. Y aquí en España persiguiendo, difamando y malinformando.