Pese a la mala prensa que persigue a la homeopatía, en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona hay un jardín con dos monumentos dedicados al fundador de esta práctica médica. Cuando el fotógrafo le sugiere a Miquel Peralta (Barcelona, 1961) que se siente en el suelo de tierra para retratarlo junto al relieve del doctor Samuel Hahnemann, él acepta sin titubear: «Vale la pena ensuciarse si es por la homeopatía», dice.
-Desconocía que Barcelona tuviera un jardín en honor al padre de la homeopatía. Yo no sabía mucho sobre este señor antes de fundar la Associació Catalana de Pacients, Amics i Usuaris de l’Homeopatia (ACPAUH). Es impactante cómo creyó en una idea y la sacó adelante pese a las críticas.
-¿Por qué decide dar la cara por la homeopatía? ¿Tiene algún interés en este sector? En absoluto. Soy doctor en Artes Musicales por la universidad de Austin (EEUU), doctor en Literatura Comparada por la Universitat Autònoma de Barcelona y experto en sánscrito.Trabajo en una empresa familiar y doy clases en el conservatorio de Sant Cugat.
-¿Y cómo se metió en esto? Yo era usuario de la homeopatía y leía en la prensa cosas que me parecían absurdas y poco respetuosas, como que somos tontos porque las bolitas que tomamos no son más que agua con azúcar.
-Son críticas muy duras. Se ha acusado a la homeopatía de ser una estafa. Un porcentaje muy elevado de estos ataques viene de opinadores sin formación científica o de químicos y bioquímicos; los médicos son más tolerantes. Todo es criticable, la homeopatía no es infalible, pero los argumentos deben ser coherentes.
-Su experiencia no coincide en absoluto con lo que describen estas críticas. Cuando veo los beneficios que ha tenido en la salud de mi familia a lo largo de 20 años siento un agradecimiento muy profundo hacia la homeopatía. Quería devolver algo de todo lo que me ha dado y por eso fui a un congreso de la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes de Homeopatía. Allí me di cuenta de la fuerza que tiene la homeopatía y las asociaciones de pacientes en Europa, conocí a gente seria y comprometida, y me animé a fundar la ACPAUH.
-¿Podría explicar algún problema de salud que haya resuelto con la homeopatía? Una primavera tuve una alergia, no paraba de moquear y me saltaban las lágrimas. El primer remedio no funcionó pero después me recetaron ‘allium cepa’ y en cuanto me puse la bolita en la boca mis ojos dejaron de lagrimear. Luego supe que ‘allium cepa’ es el nombre científico de la cebolla.
-Esto nos lleva al principio de similitud («lo similar cura lo similar»), una de las bases de la homeopatía. Otra, más polémica, son las dosis infinitesimales del remedio. Si me pregunta sobre el funcionamiento de la homeopatía, mejor que responda un médico. En el Col.legi de Metges de Barcelona hay 300 homeópatas.
-¿En estos años como usuario no ha sentido curiosidad por saber cómo funciona? ¿La gente sabe cómo funcionan los antibióticos? Saben que matan a los gérmenes, pero hasta aquí. Lo que cuenta es que resuelve los problemas del día a día de mi salud y la de mi familia. La homeopatía no tiene nada que ver con la magia, la casualidad o el placebo. Es una medicina regulada.
-¿Cuántos socios tiene la ACPAUH? Empezamos en abril y sin hacer campaña pasamos del centenar. La gente siente que, con la que está cayendo, aquí tiene un apoyo. Se nos está quitando capacidad de decisión y por eso nos centramos en la defensa del derecho y la libertad del paciente a gestionar su salud como mejor la parezca, en nuestro caso con la homeopatía, pero sin renegar de la medicina convencional.