Estimado Carlos: hasta ahora te tenía por amigo y creía a pies juntillas todas las noticias que salían de ti o de tu entorno, entendiendo que las habríais contrastado suficientemente, o que los profesionales que se pronunciaban se habrían informado adecuadamente de lo que hablaban. Pero hete aquí que hoy has tocado hueso porque has hablado de algo que conozco en profundidad, pues llevo más de 30 años dedicándome a ello tras haber estudiado la carrera de Medicina, igual que creo hiciste tu, pero con la diferencia de que tú no has ejercido jamás, y yo llevo, tras todos esos años de ejercicio, muchos pacientes atendidos y gran parte de ellos mejorados y curados.
Y tú hoy, desde tu tribuna y con el prestigio que se te supone, vas y pontificas. Me consta que sin haberte informado previamente porque de lo contrario no hablarías como has hablado. Así que desde mi modesto sitio en la red, voy a tratar de informarte de lo que creo desconoces.
Sé que eres una persona creyente, sé que disfrutas con la Semana Santa y que eres Hermano de la Candelaria a la que defiendes con devoción. Y yo me pregunto qué dirías si con todos mis respetos, yo dijera que Virgen no hay más que una, y que el ser de la Candelaria, de la Macarena o de la Virgen del Patrocinio, es signo de incultura y de fanatismo popular y que es como creer que hay hadas protectoras y duendecillos en el bosque. Seguramente te rebelarías desde lo más profundo porque accedo a una parcela muy íntima del ser humano, que son las creencias.
Pues en parte la Medicina Homeopática forma parte de mis creencias: yo creo que el hombre es un ser íntegro que hay que tratar en conjunto, de la forma más rápida, suave y eficaz para llevarlo hacia la curación y por supuesto haciéndole el menor daño posible. Por eso, aunque conozco bien la alopatía, elegí hace ya muchos años la medicina homeopática como la mejor opción para tratar a mis pacientes, y la mayor parte de las ocasiones utilizo preferentemente Homeopatía, eso sí, supervisando siempre la evolución del paciente que es lo prioritario, porque en caso de que no fuera la deseada tendría que cambiar el remedio elegido o incluso si fuera preciso, modificar la estrategia terapéutica. Pero te puedo decir, que en unas cinco ocasiones como máximo a lo largo de mi ya dilatada carrera, he tenido que prescribir un antibiótico porque el paciente no respondía adecuadamente al tratamiento homeopático. El resto de los casos han evolucionado hacia la curación de forma rápida e incluso sorprendentemente rápida en algunos casos, sólo con tratamiento homeopático.
Por eso ejercer a diario la Homeopatía no es sólo cuestión de creencias, es tambien cuestión de eficacia. Si no hubiera obtenido buenos resultados, me habría tenido que dedicar a otra cosa por el bien de mis pacientes, y porque no es posible mantener abierta desde hace 30 años casi, una consulta privada que se nutre fundamentalmente de que unos pacientes te recomienden a otros por los buenos resultados obtenidos. Así mi práctica clínica y los estudios científicos publicados en nuestro país y fuera de él, la utilización de la Homeopatía para tratar epidemias de Dengue en Cuba, de Leishmaniosis en México, y muchas otras evidencias, avalan la eficacia de esta medicina cuyos efectos quedan indiscutible y radicalmente fuera de lo que cabe atribuir solo al efecto placebo, sobre todo para quien los quiera ver con la mirada imparcial que se le presupone a los verdaderos científicos. Me remito además a los efectos sobre lactantes a los que veo con gran frecuencia, y a los resultados sobre animales domésticos, ganadería y cultivos, que se ignoran la mayor parte de las veces, pero sobre los que hay documentación suficiente para el que la quiera evaluar.
El triste y desafortunado caso del niño de Italia se está utilizando de forma sesgada e interesada. Ha servido para echar más leña al fuego donde los pseudoescépticos quieren arrojar la Homeopatía y a los Médicos, Farmacéuticos y Veterinarios Homeópatas. Y como buenos Inquisidores del siglo XXI que son, se afanan en acusarnos de todos los males que afectan a la humanidad arrojando calumnias y difamaciones por doquier. Sin duda lamentamos y mucho la muerte del niño, que seguramente ha sido debida a mala praxis o a un nefasto seguimiento del caso. Pero con la mano en el corazón, ¿no hay ningún caso en el que haya fallecido un niño por un cuadro infeccioso que se estuviera tratando con antibióticos? La alopatía no tiene la capacidad de curarlo todo por mucho que se otorguen el atributo de ser la mejor opción terapéutica, cuando los efectos secundarios de sus tratamientos son una de las más importantes causas de cronicidad e incluso de muerte de pacientes, o se atribuyan el título gratuito de “medicina científica” cuando todos sabemos que una gran parte de su arsenal terapéutico es puramente empírico.
Lo que ocurre es que el doble rasero interesado que se está utilizando, quiere que la población llegue a creer que la medicina química es la única que sirve para curar y que el resto de terapias lo que hacen es impedir que la Santa Alopatía pueda realizar sus curaciones científicas e infalibles.
Si por desgracia muere alguien que se trata con Homeopatía menuda nos cae encima, incluso hemos tenido que llegar a leer que la “Homeopatía mata” cuando dicen por otra parte que damos sólo azúcar. Pero cuando fallece un paciente como por ejemplo ha ocurrido recientemente con el gran creador David Delfin, no he oído una sola voz diciendo que la alopatía mata. Lo ha matado el cáncer como mata a cientos de miles de personas cada año por desgracia; él eligió tratarse con la medicina oficial como otros pueden decidir no querer en su cuerpo tratamientos tan agresivos, y deben tener la posibilidad de elegir su médico, por supuesto con formación médica oficial acreditada y con especializacion para poder ejercer de acuerdo con un determinado criterio terapéutico, y el tipo de terapia que quieren seguir.
Por eso Carlos, cuando comparas a los que creen en la Homeopatía porque la han comprobado (millones de personas como pacientes y cientos de miles de médicos que la vienen utilizando a diario desde hace más de dos siglos) con los que creen en alfombras voladoras, ofendes la inteligencia. Y cuando una persona de tu talento y desde la imparcialidad que muchos te atribuimos, se posiciona de una forma tan evidente, con unos argumentos tan débiles y tan sesgados, discúlpame pero me hace dudar, y mucho, de lo que desde hace tiempo creía de ti.